Sheinbaum comienza su mandato de seis años, reemplazando al aliado del partido Morena, Andrés Manuel López Obrador.
Claudia Sheinbaum prestó juramento como la primera mujer presidenta de México.
Sheinbaum reemplazó al presidente saliente (y estrecho aliado del partido Morena), Andrés Manuel López Obrador, en una ceremonia de inauguración en el Congreso del país el martes.
El científico climático de 62 años y exalcalde de la Ciudad de México cumplirá un mandato de seis años, que finalizará en 2030.
Sheinbaum prestó juramento frente a los parlamentarios, mientras sus seguidores coreaban “¡Presidente! ¡Presidente!” y “¡Viva México!”
“Ahora es el momento de la transformación, ahora es el momento de las mujeres”, dijo Sheinbaum.
Ella asume el cargo con su partido con una supermayoría en la cámara baja de la legislatura, y casi lo mismo en el Senado, e inmediatamente buscó tranquilizar a los inversionistas, diciendo que las inversiones estarán seguras en México.
Sheinbaum tendrá que lidiar con algunas medidas de último minuto de López Obrador, concretamente una controvertida reforma judicial en la que los jueces federales –incluidos los de la Corte Suprema– serán elegidos por voto widespread. El cambio constitucional ha irritado tanto a los defensores de la independencia judicial como a los inversores.
El presidente entrante también se enfrentará a unas elecciones estadounidenses el 5 de noviembre que podrían cambiar las relaciones con el principal socio comercial de México.
Más tarde, en noviembre, entregará el primer presupuesto de su gobierno, que probablemente dará pistas sobre si Sheinbaum puede cumplir sus compromisos de reducir el creciente déficit fiscal del país manteniendo al mismo tiempo el gasto widespread en bienestar social y las costosas iniciativas de lucha contra el crimen.
Esa tarea llega en un momento en que se pronostica que la economía de México, la segunda más grande de América Latina, tendrá sólo un crecimiento modesto.
Presidencia histórica
La toma de posesión de Sheinbaum es la culminación de un ascenso de cuatro décadas en la política mexicana, marcado por su elección histórica como la primera mujer en dirigir la Ciudad de México.
Sheinbaum, hija de activistas académicos, también se ha inclinado por la naturaleza histórica de su presidencia.
En una publicación en las redes sociales el lunes, reveló un logotipo que muestra a una mujer joven de perfil izando una bandera mexicana, con el cabello recogido en una cola de caballo. El peinado se ha convertido en una especie de firma de Sheinbaum.
“Una joven mexicana será el emblema del gobierno de México”, escribió Sheinbaum.
México sigue siendo uno de los países más conservadores de América Latina, y sus 65 presidentes desde la independencia de España son todos hombres.
Como alcaldesa de la Ciudad de México, Sheinbaum se ganó la reputación de tener un enfoque de liderazgo basado en datos, y recibió elogios por reducir a la mitad la tasa de homicidios de la ciudad.
Sus políticas buscaban impulsar el gasto en seguridad en una fuerza policial ampliada con salarios más altos. Se ha comprometido a replicar el enfoque en todo México, que continúa plagado de altas tasas de criminalidad y la enorme influencia de poderosos cárteles de la droga. Los críticos han cuestionado cuán realistas serán esas promesas.
Al mismo tiempo, Sheinbaum ha prometido continuar con las políticas de generoso gasto social en pensiones y becas para jóvenes defendidas por su predecesor populista López Obrador.
Después de haber estudiado ingeniería energética y luego haber sido nombrada para el Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático de la ONU, Sheinbaum ha buscado lograr un equilibrio más cuidadoso en las iniciativas ambientales.
Ha dicho que protegerá el dominio industrial de las compañías petroleras y eléctricas estatales de México, al tiempo que expresa interés en avanzar hacia proyectos de energía renovable.
Sheinbaum compartió el Premio Nobel de la Paz con el exvicepresidente estadounidense Al Gore en 2007 por su trabajo climático.
Antes de eso, había sido jefa ambiental de López Obrador cuando éste se desempeñó como alcalde de la Ciudad de México. Anteriormente se había desempeñado como portavoz principal de la fallida campaña de López Orador en 2006.