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Carme Portaceli dirige ‘Bovary’ en neerlandés en el TNC

Carme Portaceli dirige ‘Bovary’ en neerlandés en el TNC

Madame Bovary sigue siendo polémica allí donde aparece. Ahora, el KVS de Bruselas la ha estrenado en flamenco (la denominación del neerlandés en Bélgica), en adaptación de Michael De Cock y dirección de Carme Portaceli. Cuando Gustave Flaubert publicó la novela en 1857, se armó la gorda.

La historia de esta mujer atrapada en el mundo de su padre, que pasa del fuego a las brasas cuando se casa con el médico Bovary pensando que será feliz, removió cielo y tierra. “Ella cree que él la salvará, pero con el primer beso se da cuenta de que ha caído en un pozo del que no podrá salir en toda su vida”, explica Portaceli. 

“Queríamos hablar desde el siglo XXI de esta mujer que en aquel momento fue tildada de libertina. Nosotros pensamos que era una víctima de las novelas de amor que leía”. De hecho, Flaubert fue acusado de atentar contra la moral.

Para la ocasión, De Cock ha destilado la obra hasta dejarla en dos personajes: los Bovary, Charles y Emma, de aquí el acortamiento en el título, Bovary, el matrimonio que interpretan Maaike Neuville y Koen De Sutter. “Si añadía a otros personajes, la historia se contaba mejor, pero lo que quería era dar relevancia a la soledad de ellos dos”, detalla el dramaturgo. 

“Y hemos añadido a una soprano”, aclara la directora, que no quiere dar más detalles, pero De Cock acaba revelando que la sorpresa llega cuando aparece esta soprano, Ana Naqe, oculta bajo el aspecto de una técnica de la función.

“ A mitad del montaje se me ocurrió añadir una soprano, que da un juego muy interesante –dice Portaceli–. Aquí, la administración no nos habría permitido añadir a otro intérprete en medio de los ensayos. Cuando van a la ópera, él rechaza la historia romántica de Lucia di Lammermoor y ella, en cambio, se siente muy identificada”. 

“La aparición de la ópera en la obra es como un salto al vacío –continúa De Cock–. Cada vez que releo la novela veo que es él quien empuja a su mujer a los brazos de otros hombres. Descubrí la obra a los 17 años y creo que hay obras que se deberían leer en distintos momentos de la vida, como Anna Karenina, porque nos hacen reflexionar”.

“Teníamos un poco de miedo de hacer la obra en flamenco –confiesa el dramaturgo–, ya que los francohablantes tienen Bovary como muy suya, pero fue un éxito. La primera palabra que ella menciona es deseo. Como en una tragedia griega, ya anunciamos cómo acabará: el deseo la destruirá”. La versión dramatizada “es una adaptación muy libre, pero muy fiel a Flaubert, y resuena toda su poesía”, observa.

Para Portaceli, el referente actual de las novelas de amor que Emma lee es la pornografía: “Si las chicas creen que encontrarán la felicidad en estas relaciones, la frustración será inmediata. Igual que los chicos, que no pueden tener erecciones de seis horas”.

El dramaturgo y director artístico del KVS, considera que “ Portaceli tiene un dominio muy potente en un gran escenario con solo dos personajes”, y anuncia que su Terra baixa, estrenada en el TNC, también será representada en Bruselas. “Dejando de lado cualquier connotación política, me parece muy bueno que haya un intercambio entre el teatro flamenco y el teatro catalán”.

Bovary es una producción del KVS de Bruselas y se podrá ver en dos únicas funciones en la Sala Gran del TNC este fin de semana.